segunda-feira, 2 de novembro de 2009

 

Bajo la lluvia ajena (Juan Gelman)

Juan Gelman

X

Serías más aguantable exilio, sin tantos profesores del exilio, sociólogos del exilio, poetas del exilio, llorones del exilio, alumnos del exilio, profesionales del exilio, buenas almas con una balancita en la mano pesando el más el menos, el residuo, la división de las distancias, el 2 X 2 de esta miseria.
Un hombre dividido por dos no da dos hombres.
Quién carajo se atreve, en estas circunstancias, a multiplicar mi alma por uno.

roma/11-5-80

XI

Cierro los ojos bajo el solcito romano. Pasás por Roma, sol, y dentro de unas horas pasarás por lo que fue mi casa, no llevándome sino iluminando sitios donde falto, que reclamo, que reclaman por mí.
Los vas a calentar de todos modos, exactamente cuando de frío temblaré.

roma/11-5-80

XII

Mi padre vino a América con una mano atrás y otra adelante, para tener bien alto el pantalón. Yo vine a Europa con una alma atrás y otra adelante, para tener bien alto el pantalón. Hay diferencias sin embargo: él fue a quedarse, yo vine para volver. Hay diferencias, sin embargo? Entre los dos fuimos, volvimos, y nadie sabe todavía adónde iremos a parar.
Papá: tu cráneo se pudre en la tierra donde yo nací, en representación de la injusticia mundial. Por eso hablabas poco. No hacía falta. Y lo demás - comer, dormir, sufrir, hacer hijos - fueron gestiones necesarias, naturales, como quien llena su libreta de ser vivo.
Nunca te olvidaré, en la oscuridad del comedor, vuelto hacia la claridad de tus comienzos. Hablabas con tu tierra. En realidad, nunca te sacaste esa tierra de los pies del alma. Pieses llenos de tierra como silencio enorme, plomo o luz.

roma/13-5-80

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