sábado, 7 de novembro de 2009

 

Del baúl de los recuerdos: verse partir

Buenos días. Hoy los dejo con este breve relato del escritor y amigo Robert Hirigoyen (Uruguay, 1957)que recuperé directamente del baúl de los recuerdos. Me encanta la forma en que el escritor coloca todo su peso en el papel de la mirada, que se torna más significativa cuanto menos visible se encuentra del objeto a ser mirado. El no verse - condición unívoca de todas las situaciones de migración, que el escritor capta aqui de forma sensible - facilita la separación, o la eterniza? En todo caso, lo que este cuento sugiere, es que aunque algunos vayan y otros queden, hay un mismo lazo que reúne al que se queda y al que se va, o como dijo mejor Vallejo, postado en el Prólogo de este blog, "Algo te identifica...". Buena lectura para los que siguen el blog, Verónica.



LA ÚLTIMA DESPEDIDA

Robert Hirigoyen


El avión -que lo llevaría a otras tierras a hacer mucho dinero para después volver a buscarla- estaba pasando bastante cerca de donde ella y todos los que se despedían de alguien se habían puesto para ser vistos.
No se llegaba a distinguir quién saludaba a quién, pero se veían personas que movían las manos, pañuelos y ropas de colores. Cualquiera de esas manos levantadas podía ser la de ella; entonces, todas las manos levantadas eran importantes.
Casi enseguida, como estaba previsto, el avión comenzó a girar suavemente sobre sí mismo y fue tomando más velocidad, alejándose.
La distancia que los separaba permitía esos pocos mágicos momentos en los que no es necesario mirarse para despedirse.
Basta con adivinarse.
La gente empezó a bajar para irse del aeropuerto. Ya habían cumplido. Pero ella seguía allí, sin saber que hacer con sus manos, silenciosas y desubicadas como nunca.
Una intensa bocanada de aire caliente le recordó que el avión levantaba vuelo y se dio cuenta que él ya no distinguía nada detrás de los vidrios.
Tal vez los otros ya estuvieran sentados pensando en el viaje, pero él, estaba segura, seguiría mirando hacia donde ya no quedaba nadie, aunque ella, estaba seguro, seguiría allí.
Saludaron entonces, por última vez.

Robert Hirigoyen


Robert Hirigoyen (Uruguay 1957) publicó sus primeros relatos en el libro colectivo Hijos de Nadie (Montevideo: Proyección/Fundación,1993). Este relato pertenece a su primer libro de cuentos, escrito entre 1991 y 1995, Un Pino Seco LLeno de Piñas (Montevideo:Grupo Lector Universo, 1995).

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