sábado, 2 de janeiro de 2010

 

Por una estación de claridad: María Elena Walsh

Escribo hoy, primer post del año 2010, desde la ciudad de Montevideo. No hay cielo anaranjado por aquí, pero las calles exhalan una peculiar luminosidad. Entre las compras de Navidad y la gente amontonándose en la rodoviaria calcinante para irse de vacaciones, es una ciudad llena y vacía. El 1 de enero, cuando pensaba cómo comenzaríamos el blog este año, vino la peque Sofía, de apenas 3 añitos, y me enseñó una canción de María Elena Walsh. Mi LP de canciones para mirar está ya cubierto por algunas décadas de pelusa y polvo, pera en la voz de Sofi, la música me pareció tan nueva. Que ganas de bailar, sin embargo...la infancia estaba toda allí, pero yo no la podía tocar ni con las manos. Es por eso que decidí este año comenzar mis posts por María Elena Walsh, la que perdió la infancia dentro de una chinela azul, y la miró de cerca con los ojos prestados de los grandes. Como se ha dicho, la infancia también es un país de exilio. Tal vez el más lejano. Salut, y los convido a seguir persiguiendo poemas y cuentos exiliados, a lo largo de 2010.



COPLAS DE NAVIDAD

María Elena Walsh


No sé de donde vengo,
y voy para Belén.
Belén está muy lejos,
hay que tomar el tren
cruzar el mar en coche,
después seguir a pie.

Belén no está lejos,
cerca está Belén.
Queda donde todos,
nos portamos bien.

Se me ha perdido un niño,
y no lo puedo hallar,
lo andoy buscando a tientas,
con gran necesidad.
Lo llamo y no contesta.
Yo llego y él se va.

El niño está cerca
ahí nomás está,
durmiendo tranquilo,
junto a su mamá.

Recuerdo que hace añares
solíamos jugar.
Los dos éramos changos,
pero una Navidad,
me fui para ser grande
y ya no lo vi más.

Pero Él no se cansa
nunca de jugar.
Sigue siendo chango,
para Navidad.

Le llevo mil regalos,
en cajas de cardón,
y voy con mucho miedo,
porque alguien me contó
que el chango amigo mío
hoy es un gran señor.

No le lleves nada,
nada por favor
más que un paquetito,
con tu corazón.


(Como homenaje a la ciudad natal de la cantante, postamos a continuación, Fideos Finos).


FIDEOS FINOS

María Elena Walsh


Voy a contarles lo que había entonces,
en Ramos Mejía.
Había olor a tía,
veredas de ladrillo con pastito.
y, tras la celosía,
un viejo organillero,
con monito.

Y había por los caminos
muchísimos fideos finos.

Había un cielo entero
por donde navegaban las hamacas
y leche que el lechero,
traía, no en botella, sino en vaca.

Había lluvia en tina,
y patio con ranitas adivinas,
y una gallina clueca
mirándonos con ojos de muñeca.

Había a cada rato,
un gato navegando en un zapato,
y había en la cocina,
una mamá jugando con harina.

Comentários:

Postar um comentário

Assinar Postar comentários [Atom]





<< Página inicial

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Assinar Postagens [Atom]